La Prison de Carlos Montenegro en París del 1946: Un texto carcelario cubano y los con/textos desconocidos de su traducción

Nous naissons méchants, de même que nous naissons tout nus, irrémédiablement; et presque avec les langes nous commençons à essayer le masque.
(Montenegro; 1946: pp. 73-74)

Mais il y a Caliban et Caliban. [...] comme s’il y avait deux Caliban.
(Guéhenno; 1954: p. 122)

1. Traducción y original – cuestiones pendientes

En otoño de 1945, pocos meses después de la Liberación de París y del fin de la ocupación alemana se publicó en la revista literaria francesa Poésie 45 – al lado de poemas del conocido escritor franco-uruguayo Jules Supervielle – un cuento traducido al francés de un autor cubano por entero desconocido. El cuento lleva como título Le rayon de soleil, su autor es Carlos Montenegro (1900-1981) [1] . Georges Pillement, escritor, dramaturgo y conocido traductor del español, fue el responsable de la traducción. En una edición anterior de la misma revista ya se había anunciado la publicación de una novela completa de Montenegro, La Prison. Roman Cobain, traducida y presentada por Georges Pillement. El libro salió publicado con una sugestiva ilustración de portada en enero de 1946, en la colección La terre vivante (Romans étrangers) de la Editorial Pierre Seghers en París [2]

En su prefacio, Georges Pillement coloca la obra de Montenegro al mismo nivel que La Vorágine de José Eustacio Rivera, Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes, Doña Bárbara de Rómulo Gallegos, y equipara al autor con los autores de la novela de la Revolución Mexicana, Martín Luis Guzmán y Mariano Azuela, así como con Jorge Icaza y Miguel ángel Asturias. El único que en realidad no cuadra con este grupo de autores es Manuel Gálvez, autor de éxito en la Argentina de los años 30, que hoy día cuenta poco en la historia literaria. Remitiéndose a aquellos autores, Pillement enfatiza la importancia literaria de su autor y de la obra traducida:

Ce livre de Carlos Montenegro compte par les plus authentiques chefs d’œuvres de la littérature moderne hispano-américaine [...] lorsqu’il parut, en 1929, ce fut un frémissement d’admiration, de surprise et de pitié dans toute l’Amérique: l’auteur était en prison [...][3]

La historia de la recepción posterior, sin embargo, no confirma aquella convicción expresada por Pillement en 1946: En la actualidad, Carlos Montenegro es más bien un nombre desconocido en la historia literaria latinoamericana, e incluso en Cuba no pertenece a los autores cuyos textos entran en antologías ni juegan un papel importante en los debates de historia literaria. Eso sorprende ya que, a veces, en las obras cubanas de historia literaria se encuentran opiniones como: "un narrador con perspectiva inédita hasta entonces en la cuentística cubana" [4] o también "uno de los primeros narradores cubanos modernos, aunque maestro ignorado del continente" [5] . Ya en 1944, José Antonio Portuondo había apuntado con respecto a la novela más conocida de Montenegro, Hombres sin mujer (1938): "Carlos Montenegro ha logrado en Hombres sin mujer la más fuerte novela cubana de todos los tiempos" [6] . Pero sólo en 2001, Imeldo álvarez, autor de un estudio introductorio a una selección de textos (entre ellos Hombres sin mujer) dice:

Volver por Carlos Montenegro parecería hoy simple curiosidad o nostalgia, si los valores de su obra literaria no merecieran, como realmente merecen, la decisión de reinsertarla dentro de una perspectiva en función del presente y del futuro de la literatura cubana en los umbrales de la postmodernidad [7]

Pero Carlos Montenegro sigue siendo un autor desconocido. Aparte de su novela Hombres sin mujer, publicada por primera vez en México en 1938 y aparecida luego en unas pocas ediciones en Cuba y España, no existe una edición actual y completa de sus cuentos, ni hablar de la existencia de sus Obras Completas. La literatura crítica e teórica sobre su obra es escasa y casi no existen traducciones, excepto la ya mencionada traducción al francés de los años 1945/46 que será analizada detalladamente más abajo. Realmente asombrosa es la ausencia de traducciones de la novela carcelaria Hombres sin mujer cuya importancia es señalada en varios estudios sin haber sido traducida a ninguna lengua extranjera. La novela ni siquiera logró una mayor repercusión en el contexto de los Estudios de Género o de los Gay Studies. Aunque es considerada repetidamente como uno de los textos más importantes de la literatura homoerótica cubana y, ocasionalmente, analizada incluso con mayor profundidad [8] , la novela no ha llegado a ser integrada sólidamente en la historia literaria cubana y latinoamericana. Así, el autor, sus cuentos y sobre todo su obra principal Hombres sin mujer siguen siendo marginales. En cierto modo, se presentan como un verdadero hallazgo en el contexto de la investigación sobre la « literatura carcelaria », lo que corresponde, en realidad, al modo de recepción que el propio autor había propuesto abiertamente. De hecho, Montenegro es considerado un crítico categórico de la situación humillante e inhumana de los presidiarios, no solamente con respecto al famoso reclusorio Castillo del Príncipe de La Habana donde estuvo preso durante muchos años, sino en cuanto a la situación carcelaria como tal.

De esta manera, la obra de Montenegro se agrega a una larga tradición de textos escritos, a base de experiencias propias, acerca de la situación de los presidiarios: En el contexto cubano hay que pensar primero en el fervoroso testimonio acusatorio El presidio político en Cuba (1871) de José Martí. Georges Pillement, por su parte, remite a su propia traducción previa de las Memorias de un venezolano de la decadencia del ecritor e intelectual José Rafael Pocaterra que describe sus años de prisión política en La Rotonda, el reclusorio mas famoso de Venezuela, entre 1919-1922 durante la dictadura de Juan Vicente Gómez. [9] Los textos carcelarios de Montenegro, no obstante, se distinguen de los anteriores por tematizar, en un lenguaje literario realista-naturalista, las relaciones homosexuales entre los presos además de la violencia permanente. En su prefacio a Hombres sin mujer, el autor remite a la dimensión autobiográfica de su texto cuyo duro enunciado no quería atenuar haciendo concesiones frente a las expectativas literarias de su público lector. Montenegro había sido menor de edad cuando fue sentenciado por asesinato a más de catorce años de prisión, de los que había cumplido doce en 1931 cuando fue puesto en libertad. Por su parte, siempre había insistido haber matado en legítima defensa. [10] Ante este trasfondo, trata de justificar en su prefacio el objetivo literario de su libro así como su cruda escritura naturalista frente a eventuales impugnaciones por parte de las editoriales y los lectores:

[...] considero un deber ineludible describir en toda su crudeza lo que viví. El que acuse estas páginas de inmorales, que no olvide que todo lo que dicen corresponde a un mal existente, a que por lo tanto es éste, y no su exposición, lo que primeramente debe enjuiciarse. [...] No me interesa quien se sonroje o indigne por la lectura de estas páginas, mientras se considere ajeno a la realidad ominosa que divulgan: a su agitada moral de superficie opongo, en la medida de mi capacidad, el propósito auténticamente moral de desenmascarar la ignominia que supone arrojar el pudridero a seres que más tarde o más temprano han de regresar al medio común, aportando a éste todas las taras adquiridas. [11]

El prefacio ha sembrado repetidamente discordia y desconcierto entre los críticos, ya que parece denunciar las relaciones homoeróticas y homosexuales diariamente vividas en la cárcel como consecuencia de un mal anterior, es decir de la propia situación carcelaria. El objetivo crítico primordial de Montenegro sería, por consiguiente, una acusación afilada del sistema penitenciario cubano – en un momento en que se discutía mucho sobre las problemáticas reformas del régimen penitenciario en la Isla. [12] Pero no es fácil decir hasta qué punto en aquel entonces parecía plausible la hipótesis de « inevitabilidad » de la homosexualidad como mensaje de la narración o si la trama amarga de la novela, al fin y al cabo, se escapaba más bien a tales explicaciones – así que las soluciones de los estudiosos difieren mucho según sus posiciones teóricas. [13]

En su momento, parece, fue necesario incluir este prefacio para dar constancia del texto como crítica social al sistema penitenciario cubano y para no arriesgar un inmediato rechazo. Los lectores leen la historia del penado 5062, el negro Pascasio Speeks, trabajador azucarero, quien, un día, contra su voluntad y sus intenciones, se enamoró del recién ingresado Andrés Pinel. Una historia de apego mutuo, de deseo creciente y de una confianza recíproca en una atmósfera extremadamente brutalizada se despliega paso a paso en el transcurso de veinte capítulos. Pero en esta situación de violencia asesina, opresión, celos, habladurías, apremio y humillaciones, la historia no termina sino en un desastre, en una tragedia sangrienta. Pascasio matará a Andrés por una presunta traición y se cortará sus propias manos asesinas ejecutoras de la puñalada con una sierra llamada « el Sinfín » en la carpintería de la cárcel. La descripción del „Sinfín“, causa de muchos accidentes mortales, recuerda un tanto el aparato fatal de tortura en el cuento En la colonia penitenciaria de Franz Kafka (1919). "Todo, todo va a terminar. Esperen ..." son las últimas palabras de Pascasio [14] antes de desangrarse y morir. Afuera, en el patio, los presidiarios todavía no se han dado cuenta de la tragedia ocurrida en el interior de la carpintería y siguen su ritmo diario de la prisión.

La novela de Montenegro publicada en México en 1938, que ya había indignado al público cubano al aparecer en algunos extractos en revistas, según Pujals no tuvo buena recepción entre los lectores igual que anteriormente los primeros cuentos publicados durante los años 20 ya que "los temas que trataban eran tabú para la sociedad de entonces" [15]

Cabe mencionar aquí una equivocación interesante en la que incurrió Pujals y que fue repetida por Bejel en 2001. Ambos afirman que la novela de Montenegro había recibido "mejor acogida" en Francia: "Su novela fue editada dos veces en Francia por la colección 'La Terre vivante', con un prólogo de George [!] Pillement" [16] . A pesar de que Pujals menciona la referencia bibliográfica del libro francés correctamente [17] , el error cometido lleva a sospechar que el autor no haya tenido nunca en las manos la supuesta traducción francesa (al igual que Bejel, quien parece haber confiado en las informaciones de Pujal). Efectivamente, el libro francés La Prison. Roman Cobain "traduit et présenté par Georges Pillement" de 1946 no es la traducción de la novela Hombres sin mujer. Ni tampoco existe una segunda edición francesa de este libro.

Pero entonces ¿de qué texto se trata en el caso de la La prison publicada en el París de la Posguerra?

La conclusión errónea de Pujals llama la atención y el deseo de saber más sobre aquella traducción hoy día olvidada, así como sobre las circunstancias históricas de este proceso de « translatio » del contexto cubano al francés.

2. La literatura latinoamericana en el París de la Posguerra

Volveremos a dirigir la mirada a la situación de Francia en la Segunda Posguerra: Carlos Montenegro era, como ya mencionamos, un escritor desconocido. Pero Pierre Seghers, editor que publicaba en aquel momento a varios autores latinoamericanos, entre ellos a Pablo Neruda y Jorge Icaza, parece haber dado por sentado que el título y la cubierta del libro La Prison. Roman traduit du Cobain iban a despertar el interés del público lector francófono. De hecho, los años de la Posguerra ofrecieron buenas condiciones para la recepción de la literatura latinoamericana – y eso, sorprendentemente, a pesar de los daños de la guerra, las condiciones precarias de la vida cotidiana y la carencia que se fueron agravando con los años.

Como para ilustrar esta situación, citamos un informe diplomático mexicano del año 1947 que describe abiertamente la dificultad de la vida de penuria y escasez, de malas cosechas y de falta de alimentos en el país entero. El autor fue Octavio Paz, en aquel entonces segundo secretario de la Embajada de México en París:

Este año [1947], excepcionalmente malo, solo se han recogido 3 millones 300,000 toneladas [de trigo], menos de la mitad del consumo. Naturalmente, se ha reducido la ración de pan a 200 gramos diarios, 75 menos que en la peor época de la ocupación alemana [...] la gasolina, la energía eléctrica y el gas han sido racionados [...] Los campesinos esconden sus productos y en los últimos meses se ha registrado un alza en todos los artículos de más de 75 % con respecto a los precios de hace un año [...] El caracter ficticio de la riqueza creciente de los especuladores se puede comprobar observando la progresiva miseria del pueblo, la paralización de las partes sanas de la economía francesa y la decadencia de la clase capitalista industrial [...] En esta atmósfera de desesperación e incertidumbre se iniciaron los conflictos sociales [...][18] .

Pero pese a las condiciones problemáticas y los recursos limitados que afectaron también la repartición de papel entre las editoriales, el paisaje editorial de Francia presenció un nuevo auge y florecimiento. Se fundaron una gran cantidad de revistas y de nuevas colecciones de libros [19] , la inquietud de las editoriales se dirigía sobre todo hacia autores y textos de culturas extranjeras, entre ellos de América Latina. Aunque en el caso de esta onda de publicaciones y del interés considerable no se trate de un primer « boom », se puede constatar un interés significativo en los autores latinoamericanos y sus obras. Lo confirma el poeta español exiliado en Francia, Arturo Serrano Plaja, al cabo de pocos años: "Il est assez facile de se rendre compte que les lettres latino-américaines jouissent, en ce moment, d’une sympathie évidente". Pero al mismo tiempo deplora la contingencia de los nuevos conocimientos: "N’est-il pas paradoxal qu’un lecteur français X..., de culture moyenne, soit capable de s’intéresser à la poésie de Pablo Neruda, et ignore totalement non seulement l’œuvre mais l’existence d’un Rubén Darío?" [20] Con eso, Serrano Plaja, quien después de la Guerra Civil Española había vivido en Chile, Argentina y Francia, llama la atención a la recepción desigual en aquel período que sólo más tarde se convirtirá en un escudriño más sistemático de la literatura latinoamericana.

Pero aquel interés notable, aunque poco metódico, en las literaturas extranjeras que incluso llevaba a editoriales en una situación económicamente precaria a traducir a autores por entero desconocidos, se debe, sin duda, al aislamiento que Francia sufrió durante los largos años de la ocupación. Después de la censura ejercida por las autoridades alemanas, muchas revistas y editoriales abrieron sus puertas para las literaturas ajenas: Se crearon o se ampliaron las colecciones internacionales y muchas revistas incorporaron la mirada a las otras culturas y literaturas, así como su traducción, como parte de sus programas editoriales. Hasta mediados de los años 50 existieron colecciones literarias tan diversas como La terre vivante y Autour du Monde de Pierre Seghers, La Croix du Sud de Gallimard, Les cinq continents de la editorial Charlot, Les maîtres étrangers de Sorlot así como las Œuvres représentatives/Série ibéro-américaine de la UNESCO en colaboración con la editorial Nagel. Pero es sobre todo aquella nueva variedad de revistas de los años posteriores a la Liberación que ofreció un campo amplio para temas, autores y escrituras ya conocidos (p.e. bajo el signo de la « latinidad ») pero también para el acercamiento a lo desconocido en la literatura latinoamericana más reciente como p.e. Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y otros. La revista Poésie, fundada por Pierre Seghers en 1940 en la Zona libre de Francia que cesó de publicarse en 1947, se mostraba abierta a lo nuevo y al experimento, mientras que en cuanto a las literaturas latinoamericanas se interesaba particularmente por la literatura realista y la crítica social. En este contexto, Georges Pillement no solamente ocupa la función de traductor sino también de consejero literario con un amplio horizonte de experiencias a disposición.

3. Construyendo una « novela » – la traducción como transformación

Ante este trasfondo, se entiende mejor porque los textos de Carlos Montenegro fueron elejidos para ser traducidos al francés. Sin embargo, en el contexto histórico hubiera sido poco probable que su novela Hombres sin mujer, publicada en México en 1938, ya saliera traducida en el año 1946 – aunque así lo sugiera el título La Prison de la publicación francesa. En realidad, el texto traducido nada tiene que ver con aquella novela. Pero ni el colofón ni las demás informaciones paratextuales suministran detalles sobre el verdadero texto original cubano. La traducción no lleva referencias explícitas a la obra original, excepto la mención del año 1929 en el prefacio de Pillement, que finalmente señala la pista al libro de cuentos, El renuevo y otros cuentos, publicado en 1929 por la editorial Revista de Avance. Pero, comparando más detalladamente el texto de origen y la traducción surgen nuevas dudas:

El libro cubano comprende 22 cuentos divididos en dos partes: 16 cuentos constituyen una unidad intitulada Cuentos de hombres libres, los 8 cuentos restantes forman la segunda unidad bajo el título Cuentos de presidiarios. En lo que sigue, mi trabajo focaliza los Cuentos de presidiarios que también se dividen en dos partes: La trama de los primeros 4 cuentos (El mudo, El timabalero, El beso y El rayo de sol [21] ) se desarrolla probablemente en un reclusorio cubano, mientras que la segunda serie se ubica claramente en una cárcel mexicana de Tampico (La sortija [22] , La cárcel, La causa y La fuga), formando los últimos 3 cuentos una trilogía. Enrique Pujals explica y analiza detalladamente la construcción del libro que nunca fue reeditado y que hoy es de difícil obtención. [23]

Mirando ahora el libro francés La Prison, se descubren diferencias impresionantes en comparación con la edición cubana, los cuales conciernen tanto al título, al género literario, a la coherencia del contenido como a la extensión del libro. El aviso en la cubierta del libro de que se trata de una traducción, nos lleva, por consiguiente, a la pista de una transferencia bien laberíntica entre el texto original cubano y el texto meta francés. En lo siguiente trataremos de esclarecer algunos aspectos de esta obra enigmática.

En primer lugar, además del título modificado, llama la atención la definición del género literario. El libro francés, en su subtítulo, reclama ser un Roman traduit du cubain mientras que la obra de referencia cubana se define, conforme a su contenido, como colección de cuentos: El renuevo y otros cuentos.

Al igual que el libro cubano, el texto francés se divide en dos partes: Pero ahora es la primera parte que lleva como título La Prison y engloba 6 cuentos; la segunda se llama Enfance y contiene 5 cuentos. De esta manera, se ha invertido en el texto francés la dicotomía « libertad/prisión » o sea « exterior/interior ». Tanto el título como la primera parte, que es relativamente más extensa en el libro francés, remiten explícitamente al tema de la cárcel. Comparado con la edición cubana faltan en el grupo de los Cuentos de presidiarios dos textos (es decir El mudo y El timbalero), mientras que se quitaron 11 textos en la parte de los textos reunidos bajo el título Enfance (que corresponde a los Cuentos de hombres libres). El libro traducido, por consiguiente, se redujo a la mitad concentrando a la vez el foco claramente en la perspectiva del tema carcelario. Para hacerlo explícito Georges Pillement destaca en su prefacio:

C’est en prison que ce livre a été écrit. Ce sont des histoires de la prison qu’il nous raconte, douloureuses et hallucinantes histoires toutes pétries de sa propre sensibilité, nourries de son expérience personnelle, de ses terreurs et de ses angoisses de tout jeune homme [24] .

Pero ¿cuál es la razón que llevó a Pillement a llamar « novela » a su traducción de cuentos? Prescindiendo de un posible uso personal y subjetivo del término a fin de destacar la tragedia existencial de la vida carcelaria, se puede constatar que Pillement terminó construyendo un hilo narrativo coherente con la reestructuración de los textos. Este hecho excluye la hipótesis de que el término « roman » del libro francés se deba a una equivocación.

La nueva estructura de los « textos carcelarios » presupone un trato de los cuentos sin preocuparse de si estos se desarrollan en México o en Cuba – diferencia que tuvo gran relevancia para el autor que reclamó posteriormente la falsa atribución del cuento El rayo de sol por parte de la editorial cubana a href="#25">[25] . Pillement mientras tanto no tematiza el lugar cultural y geográfico de la trama narrativa. De lo contrario, podría haber llamado la atención que, visto la cantidad de alusiones culturales, en cuatro de los cuentos (L’Américain, La bague, L’accusation, La fuite) el lugar de acción parece ser claramente una cárcel mexicana mientras permanece indefinido el lugar de las otras dos narraciones (Le baiser, Le rayon de soleil). Aunque no se pueda descartar la posibilidad de que ciertas alusiones explícitas a la Virgen de Guadalupe o a los numerosos presos de origen indígena hayan causado el asombro de ciertos lectores (como también la mención de una enfermera-monja de nombre Sor Juana), Pillement parte sin duda del supuesto de que un posicionamiento cultural es de poca importancia para los lectores franceses.

Con la nueva estructura Pillement crea un nuevo texto coherente y concluso: La historia de L’américain (en el original La cárcel, es decir el primer texto de la trilogía) abre la « novela », la siguen los textos Le baiser, La bague así como Le rayon de soleil y se cierra con los últimos dos textos de la trilogía, L’accusation y La fuite (La causa y La fuga). De esta manera, se produce un marco narrativo que remite a un yo narrador protagonista homogéneo. El primer cuento comienza de manera contemplativa. El yo narrador, recién ingresado a la cárcel de Tampico, ha sido privado de sus vestidos por los presidiarios, algo que también les había sucedido a los demás cuando ingresaron. Se encuentra en la litera contemplando su cuerpo desnudo. A esta hora del atardecer, todos los presos se mueven desnudos en el dormitorio, "hommes tout nus qui semblent des illustrations de la Divine Comédie" [26] ; alusiones y provocaciones homoeróticas son la regla. El protagonista se ve obligado, por su parte, a procurarse nuevos vestidos robándoselos a los nuevos ingresos. Procede sin escrúpulos: Un estadounidense ebrio encarcelado será su victima como lo es también un indio de buena fe que al final del cuento se muere de frío.

En la próxima historia, Le baiser (El beso), el yo narrador se vuelve observador: Ya no está involucrado en la trama sino observa cómo una niña que durante una de sus visitas habituales en la cárcel donde su hermano tísico está cumpliendo condena, lo besa inesperadamente, con un gesto rápido y sorprendente, en los labios delante de los ojos de la abuela horrorizada. Sin deliberado propósito surge la impresión de que se trate del mismo yo narrador de la primera historia. Impresión que se mantiene en el transcurso de los textos siguientes.

La tercera historia, La bague (La sortija), se sitúa en un contexto mexicano. Un anillo de hueso humano, trabajo encomendado que realiza el yo protagonista, es el objeto central del cuento. La intensidad de la trama se produce mediante una compleja superposición de varios niveles temporales así como de imágenes evocadas o intensificadas por el consumo de marihuana. La sortija, producida en un contexto infrahumano y abominable, representa la imagen de la Virgen de Guadalupe.

El cuento Le rayon de soleil (publicado primero en la revista Poésie 45) trata de Pascasio Speeks, futuro protagonista de la novela Hombres sin mujer. En el cuento se percibe ya en germen la atmósfera del texto publicado diez años más tarde. También aparece un yo narrador que se compromete a ayudar a un tísico que cree poder salvar su vida si tuviera acceso al único rayo del sol que entra en la galera abovedada de la cárcel. Pero el lugar deseado está ocupado por Pascasio, hombre imponente de complexión fuerte. El narrador que trata de auxiliar al hombre moribundo, hace apelo a la conciencia de Pascasio pero será rechazado con palabras brutales. Pascasio cuestiona radicalmente los motivos morales del protagonista y, por consiguiente, la entera situación carcelera que compela, según él, a todos a enmascararse y disimular su yo a fin de llevar a cabo una estrategia de supervivencia individual: "Comédie! Tu as mille spectateurs [...]"[27] – ningún gesto, ni el más altruista proviene, por lo visto, de una verdadera compasión. Más tarde, el narrador coge desprevenido a Pascasio cuando estaba embadurnando a un gato hirsuto con un líquido de aceite hablando con él tiernamente. Dándose cuenta del testigo de su gesto cariñoso, Pascasio borra frenético y al instante su presunta debilidad lanzando el animal contra la pared matándolo.

El cuento L’accusation (La causa) retoma el hilo narrativo del primer cuento comenzando con las siguientes palabras "Lorsque l’Américain partit [...]"[28] . El yo protagonista es idéntico al de L’Américain. Pero ahora, el lector se entera de su propensión a la mentira, a la disimulación que se muestra p.e. en su afán de ocultar sus robos primitivos contando historias impresionantes: "Le mensonge est né chez moi d’une nécessité intérieure, de mon penchant presque morbide au rêve, ce tyran de ma vie, qui m’a toujours dominé, me rendant impropre à l’action" [29] . Un flash back que aclara la causa de su detención ilustra el problema de manera sintomática: Fue prendido por robo de armas que el culpable presentará no obstante, ante los presidiarios, como hazaña de contrabandismo al servicio de la Revolución Mexicana. Estos síntomas de disimulación estratégica deberían llamar la atención de los lectores del texto francés para que se desconfie del narrador y sus asertos o sea, de su identidad.

La última historia, La fuite, vuelve a tematizar el robo de vestidos, ahora no sólo por frio sino con motivo de escaparse de la cárcel. El protagonista logra evadirse del hospital carcelario en los vestidos de una monja-enfermera, Sor Juana, que había asesinado, contra su propia voluntad, cuando ella quería impedir su fuga. En el momento en que se pone a morder excitado el pecho de la mujer asesinada interviene un recuerdo tremendo: Poco antes, durante su fuga en el hospital, había mordido, en un estado de enajenación, las extremidades de algunos cuerpos en la funeraria. "Un instant après, je traversai la rue et j’allais me perdre, loin de cet enfer de passions et de peurs, dans l’obscurité de la ville [...]", dice lacónica la penúltima frase del texto [30]

.

Con la construcción de un yo narrador homogéneo, Georges Pillement logra transformar los cuentos disparejos en una narración coherente. De esta manera, entrega al público lector francés una novela carcelaria sudamericana en la que se describen, desde una perspectiva inequívoca, las estaciones y acontencimientos de un infierno que recuerda el Infierno dantesco. El narrador, ladrón, mentiroso y asesino, es parte de este mundo aterrador, del cual logra dar testimonio.

4. La experiencia carcelaria y sus con/textos culturales

El punto culminante de la publicación francesa es seguramente el mencionado texto Le rayon de soleil colocado en el centro del grupo de los « textos carcelarios ». El tema de la mentira y de la disimulación aquí es negociado a otro nivel, como problema ético. Sin piedad y con sarcasmo Pascasio desmonta cualquier idea de una aspiración humana a lo bueno: En realidad se hace lo bueno, dice, sólo por aquel « rayo del sol » imaginario que promete ser más caliente que los rayos del sol, ya que remite a un supuesto « sacrificio ». Pero en un mundo que obliga a acorazar y a blindar constantemente el propio yo, sólo existen egoísmo y disimulación.

Sus observaciones tampoco le dejan salida al propio Pascasio: Matando al gato trata de borrar el único momento en que había mostrado su fragilidad. Pero no consigue eliminar por completo el previo gesto de ternura, según observa el narrador consternado, así que la historia termina de manera ambivalente: "Son visage était cruel et cependant, dans ses pupilles pleines d’ombre comme dans la prison voûtée, il y avait quelques chose de limpide, de serein, comme un rayon de soleil" [31] .

En su prefacio, Georges Pillement destaca este texto como particularmente sintomático de la depravación humana causada por la situación carcelaria: "[...] la prison de Montenegro est un véritable enfer et ce n’est pas des hommes qui s’y trouvent qu’on a honte, mais de ceux qui les obligent à y vivre dans des conditions aussi épouvantables" [32] . A la vez, subraya la relevancia universal de la literatura carcelaria de Carlos Montenegro llamándola un "document spirituel psychologique, d’une valeur universelle" [33] .

Para entender mejor los motivos históricos de la recomposición específica de los textos montenegrinos emprendida por Georges Pillement, tenemos que ubicar el proceso de la « translatio » en el campo intelectual y literario de la Segunda Posguerra. En este contexto, no parece casualidad la publicación previa del cuento Le rayon de soleil en Poésie 45, el cual, con sus reflexiones éticas, parece encerrar una significación alegórica que trataremos de explicar a continuación.

La noción « la prison » remite, de hecho, a una metáfora corriente en el discurso sobre los años de la ocupación alemana y particularmente sobre la situación en la que se encontraron los escritores e intelectuales que se habían quedado en Francia en aquella época. En este ambiente la prisión como metáfora aparece repetidamente y se relaciona con otro término que ganó una importante carga simbólica: « el silencio ». En la novela corta Le silence de la mer de Vercors (pseudónimo de Jean Bruller), texto clave de la Resistencia publicado en 1942 como primer texto de la editorial clandestina éditions de Minuit, « el silencio » no se refiere al silencio temeroso causado por la censura y la amenaza, sino al silencio activo por negarse al diálogo con el ocupante como acto de resistencia. Surgió una « literatura del silencio » en la clandestinidad escrita por los « écrivains du silence ». El texto de Vercors fue un éxito y poco después llegó a las manos de los grupos gaullistas en Londres donde fue editado nuevamente en francés. La editorial de exilio retomó la idea del silencio llamando a su nueva serie, que comenzaba con el texto de Vercors, « Les Cahiers du Silence ».

En una de las primeras páginas de esta edición, la redacción de literatura formuló una dedicación programática que califica a la Francia ocupada de « prisión »: "Cette collection est dédiée aux écrivains qui, sur le sol de la France prisonnière, livrent le combat de l’esprit" [34] . También el prefacio de un tal « M.D. » dice: "'Cahiers du Silence': Témoignages arrivés de la pire prison malgré vingt polices, malgré des divisions en armes, malgré la garde aux frontières" [35] . Posiblemente, Georges Pillement haya leído los testimonios carcelarios de Montenegro recordando ese pasado tan reciente y sus « voces del silencio » y por eso, consideró como obligación moral dar a conocer las voces de las cárceles latinoamericanas en la Francia recién liberada. La Prison (el título del libro fue probablemente elegido por él) también puede ser entendido como eco y alusión a otro texto clandestino de la editorial Minuit publicado en 1944: el libro Dans la Prison de Cevennes (pseudónimo de Jean Guéhenno) donde se lee: "Toute la France, toute l’Europe est en prison. [...]"[36] .

Por otro lado, la atención especial que Pillement dedica al cuento El rayo del sol, cuento que niega cualquier compromiso ético, parece referirse también a los escritores e intelectuales y sus reacciones posteriores a la Ocupación, al oportunismo y la denuncia, la mentira y la disimulación así como a la cuestión moral de la culpabilidad y de la recriminación. Jean Guéhenno que ocupó importantes puestos públicos en el área de la educación y de la pedagogía, escribió p.e. en 1946, con ocasión de un viaje a América Latina [37] , sobre la experiencia de la « servitud » acompañada por un silencio oportunista en la Francia ocupada:

Ce silence soudain, ces regards qui s'étaient éteints, cette espèce de black-out de toute pensée naturelle et vive, ce parler prudent et timide, à demi-voix, cette masse confuse et morne et comme sourde et muette qu’était devenu en quelques mois le plus brilliant et le plus bavard des peuples, ce travail ignoble qu'on avait fait sur lui, cette mise à la question pour en extraire la bassesse ... [...] personne ne peut plus regarder personne sans rancune, sans envie ou sans honte. Chacun avait été tenté dans le plus mauvais de lui-même. On avait marchandé son honneur ou sa lâcheté [...][38] .

En sus textos de aquella época, Guéhenno expresa repetidamente su espanto ante la indiferencia apática y egoísta, resultado del miedo pero también de la bajeza, así como su rechazo al oportunismo y la demagogia. Es interesante que retoma aquí su libro anterior Caliban parle (1928) para revisar sus pensamientos de entonces. Aquella temprana relectura de Calibán en 1928 anticipaba, en cierto modo, la revalorización del personaje de Shakespeare propuesta por Roberto Fernández Retamar en 1971. Pero Guéhenno es poco conocido en el contexto de aquel debate intelectual latinoamericano. En su libro se había identificado y solidarizado por convicción humanista (y probablemente por razones autobiográficas) con Calibán, el « hombre sencillo », contradiciendo las teorías de Erneste Renan. Pero ante el trasfondo de la Segunda Guerra Mundial y la Ocupación, ante la experiencia de la Colaboración y la denuncia, el autor se ve obligado a corregir su concepto anterior. En la reedición de 1945 confronta al Calibán de entonces con la nueva traza de un Calibán corrupto, servil y a la vez despótico. Lo ve como dividido en si, un ente doble cuya cara buena se encuentra constantemente en conflicto con la cara mala. En un diálogo ficticio murmura Calibán:

Le chaos de la guerre, c'est le chaos de mon esprit. C'est moi qui me bats contre moi. Je ne suis pas si pur que je croyais. Je sais mieux maintenant quel bizarre mélange, quel monstre je puis être. [...] On a trouvé le moyen de me diviser contre moi-même [...][39] .

Esta ambigüedad, la cabeza de Jano de Calibán, simboliza la crisis de identidad notada por Guéhenno en la Francia de la Posguerra, que es visible en muchos campos, como p.e. en los vehementes debates sobre la purga de intelectuales, « l’épuration des intellectuels » llevados a cabo inmediatamente después de la Liberación [40] . Ante el profundo dilema moral durante el proceso contra el escritor y colaborador Robert Brasillach, que terminó en febrero de 1945 con la ejecución del acusado, Jean Guéhenno, sin embargo, no había formado parte de aquellos intelectuales quienes, como Jean Paulhan, firmaron una petición de indulto rechazando erigirse en juez sobre lo moralmente justo o falso y, por consiguiente, sobre vida o muerte.

En este ambiente político-cultural agitado y tenso, esbozado aquí en pocos trazos, se publicaron, primero, el cuento de Montenegro en Poésie 45, reconocida revista literaria en el campo intelectual y, pocos meses después, la « novela » con el llamativo título La prison. Más allá de la situación carcelaria concreta en Cuba o México, el texto, con su crudo realismo, parece reflexionar sobre los desafíos del comportamiento humano frente a las imposiciones de las circunstancias de vida extremas. La encarcelación significa no solamente convivencia y violencia, la imposibilidad de diferenciar entre la verdadera y la falsa solidaridad, entre amistad y oportunismo, decencia y bajeza, sino también la imposibilidad de dictar un juicio moral sobre palabras, gestos y actos. Desde luego, eso vale también con respecto a la homosexualidad que aparece de vez en cuando en los cuentos de 1929 pero que se impone solamente en la novela de 1938 como tema central.

El título del libro La Prison y la división del texto entre « Interior » (La Prison) y « Exterior » (Enfance) corresponde a una estructura que en los meses después de la Liberación fue negociada polémicamente en la política, cultura y vida cotidiana francesas. A veces, la opción fue una solución radical y violenta (como p.e. en el caso de las purgas de intelectuales). Frente a este contexto y estos acontecimientos históricos, el libro de Carlos Montenegro suministra argumentos para cuestionar profundamente las recriminaciones y el problema de la culpabilidad así como las tentativas de emitir juicios morales sobre lo que es justo o falso.

Notas

[1] Montenegro, Carlos. «Le rayon du soleil», Poésie 45, Paris, núm. 28, pp. 15-20. Un solo cuento de Montenegro fue publicado anteriormente: « Le rejeton » en Pillement, Georges. Les conteurs hispano-américains. París, Delagrave, 1933, pp. 240-246. Regreso

[2] Montenegro, Carlos. La Prison. Roman cubain, traduit et présenté par Georges Pillement, París, éditions Pierre Seghers, 1946, 135 pp. Regreso

[3] En Montenegro; 1946: p. 5. Regreso

[4] García Ronda, Denia in Portuondo, José Antonio / Saínz, Enrique (eds.). Historia de la Literatura Cubana, 2ª ed., tomo II: La Literatura Cubana entre 1899 y 1958. La República, editado por Saínz, Enrique, La Habana, Instituto Cubano del Libro / Editorial Letras Cubanas 2003, p. 468. Regresar

[5] González Bolaños, Aymée in Portuondo, José Antonio / Saínz, Enrique (eds.). Historia de la Literatura Cubana, 2ª ed., tomo II: La Literatura Cubana entre 1899 y 1958. La República, editado por Saínz, Enrique, La Habana, Instituto Cubano del Libro / Editorial Letras Cubanas 2003, p. 551. Regresar

[6] Portuondo, José Antonio. El contenido social de la Literatura Cubana, México, El Colegio de México, 1944 (Jornadas 21), p. 75. Regresar

[7] álvarez, Imeldo. «Orbita y sentido de la obra narrativa de Carlos Montenegro», en Montenegro, Carlos. Hombres sin mujer y otras narraciones, selección, prólogo y notas de Imeldo álvarez, La Habana: Editorial Letras Cubanas, 2001, pp. V-XL. Regresar

[8] Véase p.e. Bejel, Emilio. Gay Cuban Nation, Chicago/London, University of Chicago Press, 2001, pp. 78-91. Regresar

[9] Pocaterra, José Rafaël. La Tyrannie au Vénézuela. Gomez, la honte de l’Amérique. Fragments des «Mémoires d’un Vénézuelien de la décadence», París, André Delpeuch éditeur, 1928. No se menciona al traductor. Regresar

[10] Carlos Montenegro (1900-1981), de orígen cubano-español, llegó a los siete años de edad a Cuba. Con catorce años se enroló como grumente y pasó cinco años de vida marinera en varios barcos y países. En Tampico, México estuvo encarcelado por robo de armas; con dieciocho años se enzarzó en una pelea matando a uno de los agresores (por defensa propia, según Montenegro). Fue condenado a catorce años y ocho meses de prisión por homicidio que cumplió a partir de 1919 en el presidio Castillo del Príncipe de La Habana. En la cárcel empezó a leer y escribir debido a sus actividades en la pagaduría y la biblioteca de la cárcel donde conoció al poeta José Z. Tallet, miembro del Grupo Minorista y de la Revista de Avance. Gracias a Tallet, Montenegro llegó a ser conocido entre los escritores e intelectuales cubanos que se preocuparon por conseguir su libertad. En 1931, después de doce años de prisión, fue puesto en libertad, ya conocido como escritor por la publicación de su libro El renuevo y otros cuentos en 1929 y por un premio literario que le fue otorgado mientras estaba encarcelado (véase Pujals, Enrique J. Vida y memoria de Carlos Montenegro, Miami, Ediciones Universal, 1988, 85 pp.). Regresar

[11] Montenegro, Carlos. Hombres sin mujer y otras narraciones, selección, prólogo y notas de Imeldo álvarez, La Habana: Editorial Letras Cubanas, 2001, p. 3-4. Regresar

[12] La discusión pública durante el régimen de Machado se debe sobre todo a la publicación de varios textos de presidiarios que acusaron las atrocidades del llamado Presidio Modelo en la Isla de Pinos: "[...] the fact that Machado used this monument of modernity to incarcerate students and other malcontents during the troubled years of his regime would have passed unnoticed if the prisoners themselves (most of them students) had not put their experiences into memoirs and made them available to the public. A variety of narratives served to associate in the perception of readers the Presidio Modelo with cruelty, corruption, arbitrariness, and suffering (Salvatore, Ricardo D. / Aguirre, Carlos. « The Birth of the Penitentiary in Latin America: Toward an Interpretative Social History of Prisons », Salvatore, Ricardo D. / Aguirre, Carlos. The Birth of the Penitentiary in Latin America: Essays on Criminology, Prison Reform, and Social Control, 1830-1940, University of Texas Press / Institute of Latin American Studies, Austin 1996, p. 32. Véase también el libro de Pablo de la Torriente-Bau. Presidio Modelo, 2ª ed., Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1975. Regresar

[13] Emilio Bejel p.e., en su estudio Gay Cuban Nation, destaca una ambigüedad profunda en el texto ya que éste, a pesar de las justificaciones en el prefacio y ciertos enunciados paradójicos en la narración, pone en escena lo que parece desmentir (véase Bejel; 2001: p. 83). Regresar

[14] Montenegro; 2001: p. 292. Regresar

[15] Pujals, Enrique J.. La obra narrativa de Carlos Montenegro, Miami, Ediciones Universal, 1980, 153 pp. Regresar

[16] Ibid.; véase también Bejel; 2001: p. 82. Regresar

[17] Pujals; 1980: p. 143, nota 9. Regresar

[18] Informe político sobre la situación de Francia durante los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1947, fechado 26 de diciembre de 1947, pp. 2-3; Archivo de la Secretaria de Relaciones Exteriores, México D.F., III-1020-2 (Embajada en Francia. Informes políticos suplementarios. Rendidos en el año 1948). Regresar

[19] A partir de agosto de 1944 se produjo una verdadera ola de publicaciones, pero que no duró mucho. Un informe de la revista Conjonction del Instituto Francés de Haití menciona la cifra increíble de 140 revistas literarias que ya, cuatro años más tarde, se habían reducido a doce. Los historiadores Roger Chartier y H. J. Martin confirman estas observaciones: Muchas de las revistas no sobrevivieron la caída de las cifras de venta durante el año de 1947 debida a la oferta excesiva y a la precaria situación general (véase Chartier, Roger / Martin, H. J. (eds.). Histoire de l’édition Française, tomo 4: Le Livre concurrencé, Paris, Promodis / Centre National des Lettres, 1986, pp. 238-240. Regresar

[20] Serrano Plaja, Arturo. «Europe et Amérique», en Europe, París, núm. 57, p. 86. Refresar

[21] Según la información de E. Pujals, en la primera edición del libro la editorial se había equivocado cambiando la posición del cuento El rayo de sol con la de La sortija (véase Pujals; 1980: p. 74) Regresar

[22] Véase nota [21]. Regresar

[23] Véase Pujals; 1980: pp. 47-83. Extraña mucho la decisión del editor cubano en 2001 (Montenegro; 2001) de no incluir justamente los 8 cuentos de la parte Cuentos de presidiarios.Regresar

[24] En Montenegro; 1946: p. 6. Regresar

[25] Véanse notas [21] y [22]. Regresar

[26] Montenegro; 1946: p. 14. Regresar

[27] Ibid.; p. 73. Regresar

[28] Ibid.; p. 79. Regresar

[29] Ibid. Regresar

[30] Ibid.; p. 112. Regresar

[31] Ibid.; p. 76. Regresar

[32] En ibid.; p. 8. Regresar

[33] Ibid. Regresar

[34] En Vercors. Le silence de la mer, 2ª ed., Londres, éditions Charlot 1943 (Les Cahiers du Silence), s.p. [= p. 3]. Regresar

[35] En ibid.; p. 11. Regresar

[36] Guéhenno, Jean («Cevennes»). Dans la Prison, París, éditions de Minuit, 1944, p. 38. Regresar

[37] Sobre el viaje latinoamericano, véase Klengel, Susanne. «Von der Not des Reisens: Jean Guéhennos Lateinamerika-Mission 1945», en Ecker, Gisela/Röhl, Susanne (eds.). In Spuren reisen. Vor-Bilder und Vor-Schriften, Münster, LIT-Verlag 2006, pp. 169-185. Regresar

[38] Guéhenno, Jean. «La France et le monde» (1946), en ibid. Aventure de l’esprit, París, Gallimard, 1954, pp. 14-15. Regresar

[39] Guéhenno, Jean. Caliban parle (1928), 2ª ed., con prefacio del autor, París, Grasset, 1928, p. X. Regresar

[40] Ver p.e. Assouline, Pierre. L’épuration des intellectuels, 3ª ed., Bruselas, éd. Complexe, 1996, 175 pp. Regresar